El barranco Fondo se sitúa al nordeste del núcleo urbano de la villa de Planes, con un acantilado de unos 50 metros de altitud en la parte izquierda. El agua le llega desde la Font Nova y todo su sistema hidráulico, destacado por el acueducto. Es en el desfiladero del Barranco Hondo donde se sitúa un conjunto de tres molinos conocidos con los nombres de Arcadio, Fuente del Oro y Fuente de la Arcada. El molino de Arcadio es el primero que utiliza el agua del barranco al situarse por encima de los otros dos. Se construyó a partir de 1813 por petición de Jaime Catalá Catalá, vecino de Planes, aunque es Arcadio Seguí González, el último molinero, a quien debe su nombre. El de la Fuente de la Arcada se ubica en la parte derecha del Barranco Fondo, completamente pegado a la base de un acantilado en el lugar donde el desfiladero se abre hacia una zona de huertos, cuando el barranco pasa a denominarse de «Retilles» El nombre de este molino le viene dado por un antiguo acueducto situado junto a él, y por la fuente que nace enfrente del molino, al otro lado del barranco, zona actualmente cubierta por una frondosa y exuberante vegetación. Parece que dejo de funcionar durante el siglo XVI, hasta que, alrededor del año 1960, «Pedro el Cantoner», vecino de Planes, lo utilizó una temporada como lugar para teñir telas. El molino de la Fuente del Oro está también en la parte derecha del Barranco Hondo, en una zona de vertiente bastante empinada. Justo al lado del molino se encuentra la fuente del Oro, de donde recibe el nombre, donde también se ven una serie d’alcavons, realizados en siglos pasados con una clara intención de buscar oro, de los cuales Antonio Josef Cabanilles, en su libro «Observaciones sobre la historia natural, geografia y población y frutos del Reyno de Valencia» (1797), nos da la información pertinente:
«No es tan escarpado el cerro de la derecha del barranco, aunque sus cuestas son bastante ràpidas, donde se descubren algunas piritas brillantes, y tal qual venita de cobre en lo interior de las peñas. Tomólas el vulgo por verdadero oro, y por eso llamó fuentecilla del Oro a la que allí brota»
El casal del molino tiene una medida superficial muy reducida y, junto con su vecino de abajo, el molino de la Fuente de la Arcada, se encuentran entre los de menor metraje de todos los del resto de la comarca. Estos dos últimos molinos podrían ser los que aparecen reflejados en la concesión que Jaime I le hizo a Guillermo de Loarre el año 1258, por tanto son molinos construidos antes de la conquista cristiana, dejando patente la tradición molinera del municipio.